Habría que inventar un género específico en el que sólo cabrían ellos para ubicar estilísticamente a Tabletom, una banda que lleva dando guerra desde 1976. Hippies y punkies antes de que se inventara el punk, tan rockeros como jazzeros antes de que llegara todo eso de la fusión, flamencos y bluseros, proto- reggae, funky sideral, bossanova marciana, caribeños, progresivos y multipolares de ahí que su primer disco se llamase “Mezclalina” como declaración de principios al mezclar sin forzar y sin prejuicios tan diferentes estilos. Acabaron siendo sin saberlo precursores del mestizaje, con el encanto que sólo tienen los grupos que carecen de conciencia, un viaje lisérgico con acento andaluz que solo respondía a sus instintos libres y malaguitas.